22 may 2012

Creación de Personajes (III): Uso del personaje


Inesperadamente, un nuevo texto ha decidido aparecer de dónde en principio no tenía que salir. El texto forma parte de Creación de Personajes, pero no es necesaria (aunque recomendable) su lectura. En esta entrada nos centraremos en cómo usamos un personaje.

Usar el personaje no es tan solo sacarlo a escena: cada personaje tiene su vida, sus motivaciones y su razón de ser en nuestra historia, tal como ya hemos visto antes. Para potenciar estos puntos, vamos a comentar algunas recomendaciones que podemos hacer al respecto.

El personaje, primero de todo, tiene un nombre, una relación con los otros y un rol en la historia. Eso significa que tenemos 3 herramientas muy potentes que debemos aprovechar: el nombre lo define como individuo, las relaciones entre los otros nos pueden servir para situarlo y el rol nos ayuda a conceptualizarlo otra vez, que viene a ser lo contrario de lo que originalmente dijimos de los personajes. Pero es una parte imprescindible, puesto que es su rol en la historia el que le da sentido. Ya habiendo hablado de arquetipos, son los tipos de rol más comunes. Es importante recordar que, aunque los hagamos humanos y complejos, al fin y al cabo un personaje existe para cumplir una función aunque sea nimia o absurda, y el rol debe ser capaz de conceptualizar su papel en una o muy pocas palabras.

El rol del personaje implica que estará en algún sitio para cumplir su objetivo: el camarero tiene lógica encontrárselo en el bar, y cualquier encuentro fuera de él llama irremediablemente la atención. Es por eso que cada personaje tiene un "ecosistema" relacionado con su rol, ya sea su lugar de trabajo, su casa y el bar en el que sale cada viernes por la noche con sus amigos. Este ecosistema es su hábitat, y cualquier encontronazo fuera de él es sinónimo de algo, aunque sea involuntario, con lo que se debe controlar donde nos encontramos los personajes. Normalmente los personajes que no tienen un espacio definido tienen implícita la sensación de que se esconden del protagonista, o que lo persiguen. 

Junto al rol y el ecosistema, encontramos las relaciones. Lo normal es que cada persona se relacione con otras, ya sea por lazos familiares o afeccionales. El uso y la definición de estas relaciones es clave para no perder al personaje de lugar: recordar, directa o indirectamente que Margaret es la tía del protagonista sirve para que Margaret no se pierda entre el mar de personajes. Eso es muy clave cuando tenemos muchos personajes, o para enganchar fácilmente a personajes secundarios que no precisen de mucha profundidad. 

Y finalmente tenemos el nombre, que es la esencia del individualismo. Dentro de la categoría tendremos varias cosas, como las actitudes, manierismos o rasgos clave de tal personaje como individual. Podemos tener al camarero, que es el primo del héroe, pero para darle profundidad de personaje podemos destacar su bigote especialmente cuidado, o que siempre está jugando con su reloj de bolsillo, o incluso que acaba las frases en un "¡vaya que sí!". Mostrar acciones parecidas invita a relacionar el personaje por estas acciones, y a caracterizarlo. Tales actitudes o frases han llegado incluso a eclipsar al personaje en sí (¿Cuántos podrían decirme alguna cosa de Iñigo Montoya que no sea su legendaria frase?).

Juntando estos tres factores, usándolos correctamente, nuestro personaje se moverá en nuestro relato de manera fluida y lógica, facilitando el entendimiento para nuestros lectores y encajando en nuestro puzzle sin sobrar.


20 may 2012

Contraste

El Ying y el Yang

Después de muchos días sin vernos, intentaré retomar el ritmo de escritura con un artículo de reflexión sobre el contraste.

"El contraste se define como la diferencia relativa en intensidad entre un punto de una imagen y sus alrededores" (Wikipedia). Es, entonces, una cualidad ligada a la diferenciación. Ya seaa de imagen, de concepto o de idea.

La vida está llena de contrastes, y a veces no somos conscientes de ello. Los contrastes son justamente lo que nos llama la atención de algo: el primer contraste es que "aquí hay algo y allí no está"; el contraste de existencia. Es por eso que podemos enfocar todo concepto a través del contraste, porque si algo no tuviera contraste simplemente no se tendría en cuenta y no existiría: existen los colores porque hay diferentes, pero si solo hubiese uno simplemente no habría nombre para él; la luz existe porque hay oscuridad.

¿Y eso que tiene que ver en nuestras creaciones? Pues mucho, muchísimo. La clave para crear valores, ideas y personajes corre a base de contrastar con otras cosas. Un ejemplo claro es el de una historia con el bueno y los malos: Los malos son malos por sus actos reprobables, pero lo son más aún porque tenemos la referencia del bueno, que se ensalza como parangón del bien por contraste con los malos. Si todos hiciesen como hace el malo, no serían los personajes malos, puesto que no tenemos referencia real de lo que correspondería hacer para "hacerlo bien". Eso es algo que muchas veces se pierde en textos e historias oscuras, donde la oscuridad ahoga a todos de tal manera que nadie destaca como "especialmente oscuro", puesto que todos hacen lo mismo en mayor o menor escala. No hay nada como contrastar el comportamiento contra alguien diferente para que entendamos mejor los valores de los personajes y la historia. El peligro en no contrastar está entonces en que se contrasta respecto al mundo y los valores del lector/espectador, y eso transforma la historia en algo muy subjetivo.

Otro ejemplo de utilización es, en las artes visuales, el uso de la luz. Independientemente de nuestras intenciones, la luz es el primer elemento que nos llama la atención y destaca, con lo que cualquier cosa que esté enfocada por una luz es seguro un elemento que destacará y que tendrá nuestra atención. Quien dice luz, pero, también puede decir colores: los colores claros y/o cálidos llaman mucho más que los oscuros y/o fríos. En este caso también es algo que ayuda a crear jerarquía y relieve a las cosas (porque nuestra mente sabe que una cosa más iluminada está más cerca de la luz, con lo que crea la profundidad inconscientemente).

La presencia de las dos bandas de contraste recibe el nombre de equilibrio. El equilibrio no tiene que ser igualado (desequilibrio), pero es interesante mostrar siempre de alguna forma las dos bandas, crear el contraste gracias a un equilibrio en la obra. Como más blanco, más negro se necesita para igualar la mezcla, pero permite sin duda enriquecer mucho más el producto. Por otra banda, el trato del equilibrio es algo que define mucho al autor y a la sociedad: en la cultura occidental tendimos a buscar siempre el triunfo del bien contra el mal, mientras que en algunas religiones más orientales se aboga por el equilibrio entre los dos, puesto que si uno desaparece, el otro carece de sentido.

Y bien, hasta aquí el pequeño comentario de hoy. Espero poder volver a escribir, y recordad que acepto sugerencias de todo tipo.¡Nos vemos!

5 may 2012

Discriminación en la narrativa

Some people just want to watch the world burn

Me gusta de vez en cuando sacar entradas de temas que en principio no tienen nada que ver con la idea del blog. Es en parte una manera de hacerlo MI blog y no el blog de alguien más. Y como últimamente estamos muy bajos de actividad (todos, me incluyo el primero), vamos a sacar un tema de debate puro: la discriminación en la narrativa.

Para empezar, quiero destacar sobretodo que cuando hablamos de discriminación no nos referimos necesariamente a discriminación de sexo (no quiero discriminar a otras discriminaciones, si me entendéis): la raza, la edad, el estilo de vida o cosas tan banales como la ropa que llevas es ya motivo de discriminación.

La discriminación en la narrativa y en las artes ha sido objeto de mucha crítica, y una arma blandida a ciegas por muchas personas que quieren quejarse de cualquier cosa. Pero en el fondo, la discriminación en este campo ha existido siempre, y no se trata necesariamente de algo malo, sino que originalmente era necesario. Estamos hablando de los arquetipos, aquellos roles para personajes que tanto sirven para su fácil identificación. Los arquetipos clásicos de las aventuras, por ejemplo, eran el caballero y la princesa a la que se debía rescatar. ¿Hablamos entonces que la historia es discriminatoria porque el hombre salva a la mujer?

Algunas personas con argumentos simples podrían saltar enseguida que sí, y su opinión debería ser aceptada. Pero prefiero ir con el ejemplo un poco más allá: vamos a situar la historia en un mundo medieval, y pondremos cada arquetipo en su sitio. ¿Es entonces la historia, o el mismo trasfondo, el que es discriminatorio? El papel de la mujer en la sociedad ha cambiado mucho durante la historia, y se debe aceptar que en la antiguedad eran consideradas posesiones y bienes de cambio. Pero no por ello una historia que se sitúe en la época comentada será discriminatoria de por sí si es fiel históricamente, ¿verdad?

La raíz de la verdadera discriminación se debe buscar en otro sitio, y no es en el papel que juega la princesa, sino en cómo lo juega y qué conclusiones sacamos de ella. Me explico: si dispusiéramos de una historia en la época actual donde una mujer la secuestran y el hombre la salva y se van a vivir felices juntos, ¿sería considerada discriminatoria? La conclusión depende de cómo se juega la historia: si es una parodia de los caballeros y princesas, yo consideraría que no lo es; si en cambio disponemos de una historia donde el hombre salve a la mujer "porque se debe proteger a las damas" y ella estuviese pobre llorando por un hombre que la salve, sería otro tema. La galantería es, en el fondo, una forma de discriminación si se lleva a un nivel alto.

Las nuevas generaciones hemos vivido momentos de cambio, y el papel de la mujer ha cambiado. Es así también la visión (en teoría) entre etnias o grupos sociales. Pero los arquetipos y las expectativas que se nos crean alrededor de alguien por el simple hecho de ser como es nos pueden llevar a veces a encontrarnos discriminación y clichés discriminatorios en muchas obras: el negro de barrio que es camello, el policia negro que siempre habla con palabrotas, el chino que sabe artes marciales, la mujer en apuros, el detective imparable, la femme fatale, el hombretón bruto que solo tiene fuerza, el mayordomo que es el asesino... y me pasaría días hablando de arquetipos, de ideas que las producciones nos han metido en la cabeza y que se siguen usando justamente por eso, porque al tenerlas en la cabeza ya sabes cómo funcionan y las aceptas mucho más rápido. 

¿Es eso malo?¿Deberíamos evitar tales personajes? Como he dicho antes, personamente la discriminación está en como se usan tales personajes y no en los personajes en sí. Tengo debilidad por algún tipo de personaje arquetipo, y no lo negaré. Pero a la vez no todos los personajes que comparten el arquetipo me gustan, ya que su uso es diferente en cada producto: la mujer que es fuerte puede ser heroica y trágica en una novela y puede ser usada como objeto de burla o ridículo en otra. La visión subjetiva de cada autor es la que nos mostrará la línea de la discriminación.

Debido a los cambios de tiempo, curiosamente hemos visto pero una sensibilidad diferente hacia ciertos tipos de discriminación, en especial hacia las mujeres: somos más sensibles y más atentos a cualquier tipo de discriminación de género hacia las mujeres, creando lo llamado "discriminación positiva", aunque nada tiene de ello. Eso implica que la gente mira con lupa nuestros personajes femeninos, y es mucho más rápido a la hora de protegerlas a ellas que a ellos. La sociedad nos llama ahora a crear esta discriminación, estas pautas de comportamiento que acaban limitando y creando polémica gratuita donde no debería. 

Como hago de hace mucho tiempo, yo no sacralizo nada. No hay nada sagrado, y se tiene todo el derecho del mundo a hacer lo que se quiera con ello (dentro de la legalidad, se entiende). Con lo que mi clara posición es: mientras el uso de los personajes no sea claramente discriminatorio, ningún personaje lo es como tal. ¿Y vosotros, qué pensáis? Opinad, que para eso tenemos comentarios.