20 jul 2012

Capacidad de crítica: hablemos claro

Este artículo no es una mierda, simplemente no te gusta.

En un mundo donde cada vez más todos tenemos derecho a expresar nuestra opinión libremente y, aún peor, capaces de hacerlo anónimamente, la gente demuestra su nivel de sociopatismo de muchas maneras. Y una que me revienta personalmente es la habilidad de proyectar (léase aplastar) sus ideas y gustos sobre los demás.

Los que nos dedicamos a las artes lo conocemos bien. Porque aunque no te guste algo, decir que "es una mierda" es ofensivo a más no poder. Sea un libro, película, cuadro o videojuego, el concepto de "mal hecho" sin duda se debería aplicar tan solo a errores de ejecución y no al producto completo: un libro estará mal hecho si hay faltas de ortografía o errores de encuadernación; una película está mal si los fotogramas están mal impresos respeto a la versión original; un videojuego es malo si tiene errores de programación que lo hacen injugable. O el caso más normal, cuando la visión del director y el resultado no son prácticamente iguales.

El concepto de malo o bueno son conceptos que se usan actualmente muy a la ligera (como el término "amigo", "amor" o "largo"), y somos inconscientes a veces de su peso y capacidad de herir (metafóricamente) a los otros. Sea por razón de prejuicios, gustos o creencias, la capacidad de discernir el bien y el mal parece dada a todo el mundo con la idea de etiquetar cualquier cosa. Eso no solo nos hace parecer más dioses, puesto que etiquetamos absolutamente nuestro criterio sobre los demás, sino que además nos muestra que somos muy simples y poco dialogantes.

La capacidad de alguien de justificar sus decisiones es una de las más importantes capacidades que muestran la maduración de un individuo. La habilidad de poder matizar tus opiniones debería ser también algo importante, pero como algunos no llegan al primer paso, pues tampoco matizan. Encontrar la habilidad de poder juzgar por encima de prejuicios, gustos o creencias es algo que cuesta en mucha gente, y requiere de voluntad para hacerlo y de un poco de cabeza fría. Es importante dejar claro, cuando una cosa gusta o no, desde qué criterio se utiliza. Un "no me gusta", "no me llama la atención", "lo encuentro inadecuado" o "me parece indecoroso" son palabras que cuestan de escuchar en según qué cosas, sobretodo por internet, donde la capacidad de mantener el anonimato parece dividir la capacidad de raciocinio y respeto de la persona. Y si las palabras "indecoroso" o "depravado" os parecen de puritanos, si sois capaces de pensarlo es porque vosotros también tenéis tales valores (de nada sirve ir de moderno y de respetuoso si después ante una imagen de un desnudo os escandalizáis). Además, cada producto lleva consigo un seguido de etiquetas subjetivas con las que se etiquetará alguien a quien le guste, independientemente de la opinión. Es algo que personalmente odio, puesto que utilizamos nuestros parámetros para juzgar a un punto de vista diferente: si a mí me encanta tal grupo por la música pero tú te fijas en las letras y en las opiniones de su cantante, decir "me gusta tal grupo" implica que se me etiquetará por las letras y las opiniones del cantante, me gusten o no. Esta situación es actual, es real y es frecuente, por no decir que precipitada. Si después no queremos escuchar la opinión ajena... es otra de las muestras de maduración que algunos parecen no obtener nunca.

Es por eso que la crítica no es algo simple: la crítica perfecta es por ideal igual desde diferentes puntos de vista, pues no está ensuciada por la subjetividad del individuo. La capacidad de racionar y encontrar por qué cada punto flojo os lo parece es algo meritorio, y sin duda muy tentador para caer en subjetividades y en la tendencia de "hazlo así". Todos aprendimos (en teoría) que cuando se critica algo es interesante ofrecer una alternativa, pero en el arte no es exactamente así.

Porque el arte, y no lo olvidemos por favor, es la proyección personal del artista. Es SU canción, SU cuadro, SU libro, y por lo tanto si lo invitas a adoptar alternativas estás pidiendo parte de la autoría de tal obra. ¿Qué derecho tienes tú a cuestionar su visión de cierto tema? Es interesante dar tu opinión, pero respetando siempre la suya, y permitiendo su expresión tanto como tú la tuya.

Por eso, pido por favor que cuando critiquéis, comentéis o deis vuestra opinión, que es realmente tan válida como las otras (pero no a tener igual en cuenta por parte del autor), utilicéis palabras y expresiones matizadas, justificadas y sobretodo útiles. Dejad claro por qué y desde qué principios no os gusta aquello o no lo encontráis correcto. Podéis opinar que falta algo, e incluso dar vuestra alternativa en momentos puntuales y todo sin compromiso alguno. Pero debéis tener en cuenta también que un trabajo artístico es algo propio del autor, personal, y que ha querido compartirlo con todos. Si le decís que es una mierda, le quedarán dos cosas claras: que el cuchillo clavado (metafóricamente) duele mucho pero además que vuestra "opinión" es  negligible.

P.D: Estamos suponiendo que el producto acabado es el que quería o buscaba el autor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario