25 mar 2012

El género

¿Hasta qué punto importa?

El concepto de género es personalmente una idea que me aterra y esquivo con ganas cada vez que me lo encuentro. La simple idea de que una palabra pueda definir tu producto y lo iguale a miles de otros es algo que como creador me duele. Pero intentaremos ser objetivos aquí (imposible de serlo, tal como comenté en mi anterior entrada), y vamos a definir y analizar lo que es un género:

Un género, según la Real Academia de la Lengua Española, se trata de "En las artes, sobre todo en la literatura, cada una de las distintas categorías o clases en que se pueden ordenar las obras según rasgos comunes de forma y de contenido." O lo que viene a ser, una etiqueta que define tu producto según parecidos de forma y contenido con otras obras.

 Esto tiene varias implicaciones, la más evidente es que sabes de qué va a grandes rasgos. ¿Y eso es bueno o malo? Yo lo considero bueno y malo a la vez, utilizando la misma frase para los dos casos: en la parte buena, sirve para llamar a la gente que busca tal producto; pero por otra banda, quien mira tu producto tiene una idea de lo que verá. Anunciar una obra de terror implica ciertos rasgos que la gente ya espera, como por ejemplo que haga miedo. Nada hay de engañar al consumidor con un principio bonito y despreocupado, porque sabe que la cosa se torcerá. 

¿Hasta qué punto, entonces, un género define una obra o al revés? Conozco creadores que cuando empiezan un producto tienen en mente ya un género, y crean la historia a través del género que quieren representar. ¿Es ésto guía o limitación? ¿Sale a cuenta limitar tu creación empezando a pensar que es una comedia desde el principio? Son preguntas que uno a veces se hace, o a veces toma sin siquiera ser consciente. Evidentemente hay unas guías que puedes tomar, pero el tema del género a veces puede actuar en contra de tu producto. Las ideas más originales y satisfactorias han salido algunas veces de romper la barrera del género, aunque a veces esto provoque una caída de popularidad del producto final. Cada uno es libre de jugársela como quiera.

Si os encaparráis en seguir con los géneros, por suerte hay cada vez una complejidad mayor a la hora de definir el género. Inicialmente se colgó la etiqueta de Metal a todo tipo de música que podría ser considerada como tal, pero pronto aparecieron especializaciones dentro del Metal que invitaron a hacer subetiquetas del mismo. Y después subetiquetas de subetiquetas. Hasta el punto de que hay críticos que discuten sobre qué genero sirve para encapsular un grupo de musica o una película. Esto crea a veces las absurdas etiquetas de "animación" o "adaptación" como géneros. O crea subgéneros totalmente propios de zonas concretas y épocas concretas. ¿Es ir lejos el absurdo deseo de muchos humanos de tenerlo todo encajonado en su sitio? Personalmente es un sí, y hay más como yo que pensamos que el género debería ser abolido. La idea de los rasgos comunes no es mala, pero la generalización que se hace de tu obra y las limitaciones que implica un género lo son.

 ¿Hacemos bien entonces de escoger nuestro gustos por género? Es la apuesta más segura, sin duda alguna. Pero a la vez es también señal de que nos cerramos a un tipo concreto de historias. Y si estas son muy diversas, el género es demasiado general. No tengáis miedo a leer o visionar géneros que no conocéis, a lo mejor os lleváis alguna sorpresa. U os dáis cuenta de por qué no os gustaba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario