Los sentidos son 5, y los canales narrativos también.
Los canales de la narración son las diversas fuentes por las que nos pueden narrar, nos pueden dar información. Considero que existen 5: narración, imagen, sonido, musica e interacción.
Diferentes medios disponen de diferentes canales, pero todos son efectivos si se utilizan correctamente. De la misma manera que hay algunos que son implícitos del medio y otros que son opcionales. En una película, por ejemplo, disponemos de 4 de ellos (narración, imagen, sonido y musica), mientras que en una novela tenemos una sola (narración); pero la novela gana otra si ésta es narrada por alguien, puesto que con el canal del sonido podemos adoptar matices nuevos que dotarán la narración de algo diferente.
Para hablar un poco más de profundidad de ellos, los veremos uno a uno. El primero es sin duda la narración, el texto escrito como tal o la historia mostrada a nosotros en cualquier producto audiovisual. Normalmente la consideramos la mayor parte de la historia, y a ojos menos observadores puede incluso parecer la única, pero evidentemente no tiene por qué serlo. Hemos hablado y hablaremos de ella largo y tendido en este post, con lo que no me alargaré mucho aquí con ésto.
La segunda que he enumerado es imagen. Es un mundo inmenso, un mundo aparte, un arte propio, el explicar cosas a través de la imagen. Desde las pinturas rupestres, todo trabajo de arte ha intentado explicar o mostrar alguna cosa, con lo que en un producto audiovisual se debe tener en cuenta aspectos de estos para entender y comprender mejor la historia: el color, la fotografía (entendiendo por ella el ángulo y posición de la cámara), el movimiento, el aspecto de los personajes, sus actuaciones o los escenarios, pueden hablarte mucho.
Casos de la imagen contando cosas pueden verse por todas bandas, desde la fotografía o la pintura hasta el cine. Este último no tiene por qué realmente aprovechar el canal, pero muchas series y películas han aprovechado los recursos que ofrece la imagen para explicar detalles y dar información más allá de la obvia omisión de la descripción de lugares y personajes. Los colores usados, los planos escogidos o la atención a los detalles son los recursos que normalmente más se definen de acuerdo con la narración a dar. Os invito a fijaros en vuestras próximas visualizaciones en detalles como qué está iluminado en una escena, de qué personaje os sentís más cercanos según donde está la cámara o la relevancia de todo objeto al que enfocan.
El sonido y la musica los he puesto por separado, e iniciaré mi comentario sobre el sonido. Con el sonido me refiero a efectos sonoros y diálogo juntos. El sonido es sin duda uno de los canales más inmersivos, puesto que es algo que nuestra percepción natural ya capta y clasifica de por sí (el ambiente sonoro es mucho más fácil de analizar que el visual). Se trata, otra vez, de conseguir transmitir emociones, ambientes u otro tipo de información a través del oído humano, aparte de todo sonido necesario para legitimizar y hacer lógico lo que percibimos (puertas que se abren, pisadas, golpes...). Los diálogos son una gran herramienta para mostrar el peso y la veracidad de las palabras que se dicen, pudiendo matizar cada parte de la oración pronunciada sin necesitar de comentarios aparatosos, o mostrando el carácter de la gente a través de su misma voz. Si lo que oyes no pega con lo que ves, se nota.
La musica es sin duda alguna un punto aparte, y merecedora de otra (posiblemente futura) otra entrada separada. La influencia de la musica es muy grande, y el poder de identificación y empatía del que dispone es usado muchas veces en productos varios. Desde anuncios que se recuerdan por su cancioncilla hasta los temas de películas que se han vuelto ya parte de la historia mundial, el poder de la musica para evocar e identificar es tan grande como el de las propias palabras, puesto que la complejidad de una pieza es difícilmente proyectable en cualquier idioma. La capacidad narrativa de la musica sola, por otra banda, es difícil y escasa, con lo que normalmente se usa para estos dos fines y mostrar cosas más abstractas, incapaces de ser escritas.
Finalmente llegamos a la interacción. Y es que hasta hace poco la narración era un tema muy poco interactivo, fruto totalmente de la creación de una o varias personas y del que todos disfrutábamos de la misma experiencia final. Pero nació entonces el juego de rol, el videojuego y otras experiencias interactivas que avanzaban la narración al ritmo y gusto de los usuarios, e incluso creaban una experiencia totalmente única para cada uno. Desde crear tu propio personaje hasta escoger sus acciones hasta la última consecuencia, la interactividad ha creado todo un nuevo mundo de posibilidades narrativas, puesto que el jugador es responsable de lo que sucede en su narración, o al menos de cómo sucede. Hace unos años que se opta por una corriente de artistas que crean interactivamente y/o crean piezas interactuables, experiencias únicas para cada participante y que ahora ya no solo se diferencia del otro por su visión de la obra sino también por su papel en ella.
Una vez comentados un poco los canales, pido perdón por la falta de fluidez que me notarán pronto: exámenes a la vista. Confío en que vuelvan todos a visitar y que comenten por cualquier canal que me llegue. ¡Recuerdo que pedí en la anterior entrada que comenten obras narrativas que gustaría que yo analizara próximamente en el blog!